La agencia regulatoria encargada de la seguridad vial en Estados Unidos ha iniciado una investigación sobre los programas de software de conducción autónoma de Tesla. La evaluación, realizada por la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA, por sus siglas en inglés), afectará a una variedad de vehículos Tesla fabricados entre 2016 y 2024, totalizando 2.4 millones de automóviles.
Este movimiento ha generado preocupaciones sobre las perspectivas futuras de Tesla, ya que cualquier hallazgo adverso podría llevar a la retirada de estos vehículos del mercado. La decisión de la NHTSA sigue a cuatro accidentes reportados que involucraron el software de «conducción completamente autónoma» de Tesla, ocurridos en condiciones de baja visibilidad como la niebla o el deslumbramiento solar. De manera trágica, uno de los incidentes resultó en una fatalidad peatonal, mientras que otro dejó a una persona herida.
La evaluación tiene como objetivo determinar la efectividad de los sistemas de conducción autónoma de Tesla en detectar y responder a situaciones desafiantes. Además, se analizarán los accidentes pasados que involucraron a vehículos autónomos en condiciones similares para evaluar el rendimiento general de seguridad.
Es importante destacar que el software de «conducción completamente autónoma» de Tesla está clasificado como un sistema de automatización parcial por la NHTSA. Esta distinción subraya el debate continuo en torno al nivel de autonomía y responsabilidad asignado a los vehículos impulsados por inteligencia artificial.
Mientras que el CEO de Tesla, Elon Musk, recientemente presentó el Cybercab, un «robotaxi» totalmente autónomo, los inversores han demostrado reacciones mixtas, provocando una caída temporal en el valor de las acciones de Tesla. A pesar de este contratiempo, las acciones de Tesla se mantuvieron estables tras el anuncio de la NHTSA, lo que indica un cierto grado de confianza de los inversores en la resiliencia de la marca.
En contraste con competidores como Waymo, la tecnología de conducción autónoma de Tesla se basa en gran medida en cámaras e inteligencia artificial en lugar de sensores avanzados como Lidar y radar. Aunque este enfoque se considera rentable, persisten preocupaciones sobre su rendimiento en escenarios con visibilidad limitada.
Desarrollos recientes generan un debate adicional sobre las capacidades de conducción autónoma de Tesla.
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