Lo más probable es que todo lo que necesitas esté en tu cocina.
Las alfombras son de esos objetos que fácilmente empiezan a mostrar signos de uso. Por eso merece la pena tomar algunas precauciones y, según Johanna Constantinou, directora de comunicación de la empresa de suelos Tapi, el bicarbonato sódico y el vinagre son importantes aliados.
Lo primero que hay que hacer es esparcir el bicarbonato por la alfombra con la ayuda de un cepillo. Cuando hayas terminado, déjalo actuar durante la noche.
Por la mañana, aspira el bicarbonato y llena un pulverizador con partes iguales de vinagre y agua fría, explica Johanna Constantinou.
A continuación, rocía la solución sobre la alfombra y, de nuevo, espárcela con un cepillo. Así conseguirás eliminar los malos olores, garantiza la especialista.